Los ejercicios que se desarrollan en esta área se relacionan con el desarrollo, el manejo delicado de todos los materiales y el refinamiento de los cinco sentidos, primero cada uno por separado y luego en conjunto. Estos materiales son la preparación indirecta para el desarrollo de las matemáticas y lenguaje.
El propósito y el objetivo del desarrollo sensorial es que el niño adquiera de forma clara y consciente información, para poder luego hacer clasificaciones en su medio ambiente. María Montessori creía que las experiencias sensoriales empiezan al nacer. A través de sus sentidos, el niño estudia su entorno y a través de este estudio, el niño comienza a entender su entorno. El niño y niña para Montessori, son un “explorador sensorial”.
A través del trabajo con los materiales sensoriales, el niño y niña tienen la posibilidad de clasificar las cosas a su alrededor, lo que lleva a los niños a tener sus propias experiencias con su entorno. A través de la clasificación, el niño y niña pueden dar sus primeros pasos en la organización de su inteligencia, que lo lleva a la adaptación a su medio ambiente.
Los ejercicios sensoriales fueron diseñados por María Montessori para cubrir todas las cualidades que pueden ser percibidas por los sentidos, como el tamaño, la forma, la composición, la textura, la intensidad o la suavidad, el peso, la temperatura, etc. Debido a que los ejercicios cubren una amplia gama de sentidos, Montessori los clasifica en ocho grupos diferentes: visual, táctil, bárico, térmico, auditivo, olfativo, gustativo y estereognósico.
A través de estos ejercicios el niño aprende a:
VISUALES: El niño y niña aprenden a discriminar visualmente las diferencias entre objetos similares y diferentes.
TÀCTILES: El niño y niña aprenden a través de su sentido del tacto. Aunque el sentido del tacto se extiende por toda la superficie del cuerpo, los ejercicios dados a los niños se limitan a las puntas de los dedos, esto permite que el niño se centre realmente en lo que está sintiendo, a través de lo que siente en una pequeña parte de su cuerpo.
BARICOS: El niño y niña aprenden a sentir la diferencia de la presión o el peso de los diferentes objetos. Esta sensación se ve reforzada por el uso de una venda o de cerrar los ojos.
TERMICOS: El niño y niña trabajan para afinar su sentido de la temperatura.
AUDITIVOS: El niño y niña discriminan entre diferentes sonidos. Al hacer estos ejercicios el niño es más sensible a los sonidos de su entorno.
OLFATIVOS Y GUSTATIVOS: El niño y niña estimulan sus sentido del olfato y el sabor, para que el niño pueda distinguir un olor de otro o un sabor a otro.
ESTEREOGNOSICOS: El niño y niña aprenden a sentir los objetos y hacer reconocimientos en base a lo que siente.