Dormir mal enferma y acorta la vida q
Según expertos, el insomnio se clasifica, en primer lugar, por su duración. Si es de pocos días, es ocasional o transitorio; si dura hasta cuatro semanas, es de corta duración, y es crónico o de larga duración si supera el mes.
Es el de mayor consulta. Entre los factores que lo desencadenan están las situaciones de estrés emocional agudo, la presencia de ruidos fuertes (vivir junto a discotecas, por ejemplo) o sentir calor excesivo. También ocurre en quienes cambian de clima de forma abrupta y en viajeros con desajustes de horario jet-lag.
Sus causas son el estrés producido por problemas familiares o laborales o crisis económicas y enfermedades, en general. La prevalencia de este trastorno en pacientes hospitalizados es cercana al 80 por ciento.
Entre un 10 y un 20 por ciento de los afectados por insomnio tiene un cuadro clínico severo y crónico, causado por estrés emocional crónico. La mitad de los insomnes crónicos sufren de ansiedad y depresión o consumen sustancias psicoactivas; la otra mitad padece trastornos específicos del sueño, como la apnea obstructiva (suspensión abrupta de la respiración).
Es propio de personas que se quejan de no poder dormir, aun cuando los exámenes indican que no sufren alteraciones neurológicas o psiquiátricas. Suele pasar porque los sistemas inductores de la vigilia o estados de alerta en estas personas están muy activos.
Ocurre en quienes sí duermen, pero se quejan de que no pueden hacerlo. Según expertos, esta idea puede ser de características hipocondríacas, obsesivas e incluso delirantes.